martes, 30 de abril de 2013

Todo creador es padre/madre

Cada vez que esa forma recibe un ojo, comienza a ver. Cada vez que el ojo derrama una lagrima, siente.
Cuando el punto final marca el limite de la oracion. El sujeto cobra existencia. Cada acorde marca el naciomiento y existencia de la magia.
Cuando el "Habia una vez" queda dibujado sobre las primeras lineas de una hoja en blanco, nace una historia. Con ese ultimo detalle en su maquillaje, explota el personaje dentro del actor. Cuando el director dice "accion", nace un mundo nuevo.

Esta en nosostros danzar con el pincel y crear un baile perfecto sobre el lienzo. Es nuestro sentimiento el que se derrama en cada gota de tinta. Cada oracion, es una promesa de vida que debemos llevar a la luz.Cuando abrimos nuestras bocas y expresamos esa extraña letra que amrca la melodia, estamos pronunciando un hechizo sin fin. Esta en nosotros que nuestros dedos viajen de la tonica a la dominante y que vuelvan a su hogar. Cada historia que empieza, debe terminar y es nuestra obligacion que esto ocurra. Cuando los reflectores iluminan la cara y el publico no es ams que un mar silencioso y ansioso, comienza la ilusion.

Somos artistas, somos creadores, damos nacimiento y muerte a las ideas, a la magia, a la ilusion y voz al sentimiento. Damos vida a los lugares y personajes. Dibujamos en el aire las mas hermosas melodias para despertar a los recuerdos. Sacamos de los libros y ponemos frente a frente, al personaje con su publico. Construimos castillos de papel y ciudades que vuelan. Damos vida...

Somos padres de nuestro arte, ayudemoslo a crecer. Tenemos una responsabilidad al crear. Amemos y cuidemos nuesto arte. Si nos olvidamos, vamos a amrchar huerfanos de emocion y de sentimientos mudos y ocultos.



Sebastian Chediex
30/04/2013

Infancia

Me desperté en esta habitación días atrás, todo esta oscuro. Las paredes tienen un lúgubre brillo azulado, mi única luz. No siento mis piernas, creo no verlas, pero aun así puedo moverme; mas bien desplazarme. No tengo brazos; tampoco los extraño. Pero lo peor es el hambre, dios, cuanto hambre tengo. No puedo pensar en nada mas.
Lo único que encuentro para alimentarme son unas insípidas esferas de luz blanca que están tiradas por el suelo. No tienen sabor, no sacian mi hambre, pero son mi único sustento, me mantienen despierto. Llevo semanas aquí, tratando de encontrar una salida, pero este es un laberinto eterno.

Al principio pensé que la soledad y en encierro me jugaban una mala pasada; al segundo día de estar aquí, una sombra parecía desvanecerse al limite de mi visión. Siguiendo esta sombra, fue que un día, creí ver ojos en la oscuridad, ojos que me miraban con interés. Los ignoré durante un tiempo, pero las sombras comenzaron a multiplicarse y los ojos se volvieron amenazantes.
Ya han pasado cuatro días desde que comencé a escapar de ellos, a la vuelta de cada esquina aparecen y se abalanzan sobre mi. Es como si supieran hacia donde voy. Cuanto mas rápido corro, mas rápido se acercan a mi. Me atormentan día y noche, aunque no se cuando es eso, ya que no hay luz aquí. Solo este color azul mortecino. Pero ayer dije "ya no mas".

Me quede inmóvil en una habitación. Esperando mi destino, sin importar ya por mi existencia. Los ojos se aceraron a mi desde cada rincón. Pude ver las fantasmales formas de mis captores entre la mortecina luz, acercandose lnetamente. Sus bocas se abrieron redondas y negras frente a mi, develando un vació sin fin dentro de los seres. Sus gélidas manos me abrazaron. Sentí como el frío de su toque ardía sobre mi piel, escuche gritos en la oscuridad, el vació comenzaba a rodearme, desesperación, caída, oscuridad, un llanto y luego silencio... total y perfecto.





Aquí estoy hoy, acabo de despertar en esta habitación, todo esta oscuro. Las paredes tienen un lúgubre brillo azulado. No siento mis piernas... y el hambre, dios, cuanto hambre tengo!.