jueves, 31 de mayo de 2012

"Río"

¿Quien controla ese dulce fluir? ¿Quien es dueño de ese viento mágico?.

Las dudas se acoplan en su garganta y traga, consiente de que estas, no nacieron para ser contestadas. Su piel se estremece, cuando la brisa llena sus fosas nasales del ancestral olor. Los ojos se le inundan de vida, derramándola suavemente por sus mejillas, mientras ve las olas en el viento.

No es agua, no es viento, no es luz, simplemente no es nada que se le parezca. Es el fluir del arte, es la prosa perfecta, que danza con los óleos y las notas mas melodiosas que alguna vez acariciasen sus sentidos. Es esa esencia que surge desde el alma y todo lo envuelve. Arte, libertad en estado subconsciente que fluye siguiendo el cauce

Sus manos se dejan deslizar dentro de la corriente y siente las pequeñas irregularidades que flotan dentro del fluido: los óleos gruesos y secos de las obras de Quinquela Martín, las interminables descripciones de Tolkien, la voz inolvidablemente suave y agresiva de Janis Joplin, las manos firmes de Leonardo Davinci, la imaginación infinita y oscura de Lovecraft, el sonido extasiante del piano y la orquesta cuando entonan a Tchaikovsky, el sabor a polvo de mármol de la boca de Miguel Ángel, la eterna lucha por inspirar el valor y la gallardia en el alma de la gente de Arturo Perez-Reverte, las dulces ropas de unas bailarina de ballet, el sonido melancólico y solitario de un violoncelo.

Estas y una infinidad de pequeñas experiencias le rozan los dedos... pero hay algo que suena de fondo, algo que los sentidos no identifican, algo que le atrae a cerrar la mano, a costa de dejar que lo arrastre la corriente, asido de esta nueva experiencia. No la entiende, es una fuerza que alimenta su ser, y todo su cuerpo se estremece solo con la idea de lo que será.

La siente venir, y el fuego se hace uno en su interior con la sangre... la mano se cierra, tomando su presa... y el rió se apresura a su encuentro.